miércoles, 11 de junio de 2008

Papas...

Cuando se trata de agradecer el amor, los valores,
el impulso, la motivación, el cuidado, la protección, los desvelos,
y el sacrificio que han tenido para mí, las palabras se evaporan;
el nudo que me atraviesa la garganta me impide hablar... solo siento una gran emoción y un profundo agradecimiento de tenerlos a ustedes como padres, no hay manera…

Ni una sola palabra que pueda expresar el infinito agradecimiento que tengo hacia ustedes por todo lo hermoso que me han dado.
Por ser esas personas incondicionales en mi vida...
Ser esas personas a las que en verdad amo, y siempre amare...
Ser esas personas por las que daría mi vida entera!

En este momento los recuerdos tocan mi corazón, recuerdos hermosos de mi niñez...
Ustedes siempre ahí, junto a mí, impulsándome para lograr cualquier cosa que me propusiera,
no hay día que no agradezca a Papa Dios la oportunidad que me dio de tener unos padres como ustedes, que me han ayudado y animado a hacer todo cuanto hago…
-Aún es largo el camino, me faltan muchas cosas por hacer, sueños que realizar, cosas que aprender
... Todo lo que me han enseñado en cada segundo de mi vida lo aplicaré para ser mejor Día a día…


Gracias por permitirme existir, por educarme y amarme como nadie....

Gracias por ser mis Papas ... Los AMO!
Su hija que los adora!
Melina Fernández

3 comentarios:

Sergio Cabral dijo...

Tener buenos padres no tiene precio... no se pueden comprar, es una bendicion con la que algunos nacen.

En mi caso, yo no tuve la suerte de criarme con mi papa, pero siempre he tenido a mi mama y ella... vale por todos los papas que el mundo a dado :D

Melina Fernández dijo...

Gracias por tu comment querido amigo!... La verdad, que todos los padres tienen sus defectos y cometen sus errores... Nigunos son perfectos, pero la realidad es que son los unicos Seres de los cuales podemos decir que son nuestros...

Ana Yanill Jimenez Torres dijo...

Simplemente Bello!...

Y pensar que en un futuro seremos nosotros los que estaremos ahí... Guiando a unos pobres indefensos en sus andares, con la sola esperanza de poder asemejarnos un poquito a lo que ellos fueron con nosotros.